miércoles, 29 de abril de 2009

LA CATA

Si acudimos al diccionario de la R.A.E. y desde el punto de vista semántico el significado actual de catar es, probar, gustar algo para examinar su sabor o sazón. No obstante la evolución semántica de este verbo a lo largo de la historia ha resultado compleja. Desde el punto de vista etimológico catar procede del término latino “captare” cuyo significado originario era, tratar de coger, tratar de agarrar. A partir de ahí pasó a significar, de forma alegórica, tratar de captar con los sentidos. Algo indefinido como es la percepción nos lo representamos a través de una acción concreta como es echar mano a algo. No se quedó ahí el significado, sino que metonímicamente se restringió a percibir con el sentido de la vista, es decir, mirar. Un vestigio de este significado antiguo se mantiene hoy fosilizado en catalejo, que, como su propio nombre indica, es un instrumento que sirve para mirar en la distancia.
El siguiente atributo semántico fue también metonímico, en este caso por cercanía. De la visión se pasó a otro sentido, el gusto. Este es un significado más cercano al actual. Esta evolución de significado es menos absurda de lo que parece a simple vista. Cuando catamos algo, normalmente lo percibimos por varios sentidos a la vez. Pensemos en una cata de vinos, en la que se mira, se huele, se paladea. Situaciones de este tipo, en que participan varios sentidos, pueden dar pie a que el foco se desplace de uno a otro. Catar tiene hoy un hermano culto, captar, que se incorporó posteriormente al castellano. Probablemente el contenido semántico del verbo captar que es, percibir por medio de los sentidos o de la inteligencia, percatarse, comprender profundice más en el sentido otorgado desde el punto de vista tanto gastronómico como enológico.Vemos pues que la cata, también llamada examen organoléptico o análisis sensorial es la apreciación por medio de los sentidos de la vista, el olfato, el gusto y podríamos añadir de una disposición mental de las cualidades de un alimento y sin ningún lugar a dudas el vino es donde mejor podemos ejercitar esta práctica. Centrándonos en la cata enológica esta consiste en someter a un vino a nuestros sentidos para intentar conocerle y determinar sus características organolépticas, y finalmente apreciarlo. Se distinguen cuatro fases en el proceso gustativo: la observación por medio de los sentidos, la descripción de las percepciones, la composición relacionándola con normas conocidas y el juicio justificado. Para que la degustación se convierta en cta es suficiente con un esfuerzo de atención y análisis de las impresiones. Lo más complicado, sin duda, y que en principio no está al alcance de todos, es la descripción concisa de esas sensaciones percibidas, seguida de una valoración justificada. El catador debe saber expresar sus impresiones en términos comprensibles y ser capaz de formular una opinión.
Puesto que el vino está hecho para ser consumido y apreciado, es lógicamente la cata lo que permite formular el juicio más autorizado sobre su calidad. Un análisis químico, por muy detallado que sea, no es suficiente. Podrá aclarar y apoyar la cata, pero nunca sustituirla. En los países de tradición vinícola, la cata es ejercida por profesionales formados con tal fin, a fuerza de degustar después de haber adquirido los conocimientos básicos necesarios. Lo que es válido es válido para el catador. Este último se encuentra con una doble dificultad: por una parte la subjetividad de la sensación, es decir, un carácter personal, interior, propio de la persona que cata y de las circunstancias en que cata, y por otra parte la dificultad de describir acertadamente la impresiones del paladar y del olfato. Es imposible medir un sabor, un olor. Las tentativas hechas hasta ahora en este sentido apenas si han tenido éxito, mientras que las impresiones del resto de los sentidos pueden evaluarse más fácilmente. Sólo podemos hacer comparaciones y decir que un sabor es más fuerte que otro, que un aroma es más intenso, pero es imposible decir en cuántas veces lo es. Además, los sabores y olores sólo se pueden definir cualitativamente con palabras, en un intento de describirlos. El vocabulario del catador es difícil de codificar, pues se ve forzado a expresarse siempre con imágenes. No es comprendido por el profano e, incluso puede llegar a resultarle ridículo. El examen gustativo no puede desligarse de la personalidad del catador. Está sometido a su carácter y psicología, a sus disposiciones, a su vocabulario al sentido exacto que él atribuye a las palabras, así como también a la importancia que conceda a una determinada cualidad o a un determinado defecto. Debemos pues tener en cuenta que la cata se sustenta sobre un pilar de subjetividad bastante importante que siempre debemos tener presente.

martes, 28 de abril de 2009

CUESTA DE ORO 2007

Jacques y François Lurton, hijos de André Lurton, son la quinta generación de una de las familias con más notoriedad de la viticultura de Burdeos. En el transcurso de las dos últimas décadas, han sabido ganarse un prestigio propio, después de haber viajado a lo largo de todo el mundo buscando nuevos desafíos, los mejores terruños y las circunstancias más aptas para el cultivo de la vid. Son un evidente ejemplo de esa naciente generación de “flying winemakers” que acaparan conocimientos en la elaboración y comercio del vino, armonizando su trabajo en diversas zonas del mundo. Actualmente son propietarios y elaboradores en Argentina, Chile, Australia, España y Francia. Jacques y François Lurton establecen una filosofía propia según la cual es viable hacer buenos vinos en aquel lugar donde la vid se desarrolla en condiciones normales. Para probarlo, crearon una sorprendente serie de vinos originarios de las más diversas regiones del planeta que responden excelentemente al mercado actual.

François Lurton

Los hermanos Lurton se plantearon un reto inicial cuando llegaron a España en las postrimerías de la década de los ochenta, conseguir elaborar vinos blancos de calidad, que por entonces representaba una excepción en el universo vinícola. Dada su experiencia enológica advirtieron las posibilidades de una Zona como Rueda con suelos áridos y cepas viejas, de esta manera en mil novecientos noventa y dos crean en el pueblo vallisoletano de La Seca “Hermanos Lurton”.
Bodegas Hermanos Lurton
En un principio sus esfuerzos se centran en la variedad Sauvignón Blanc, pero rápidamente descubren las cualidades de la variedad autóctona Verdejo. A partir de esta variedad comienzan a elaborar vinos blancos que convulsionan la Denominación y hacen de Rueda referente de blancos de calidad. Cuesta de Oro es un claro exponente de los logros conseguidos con la Verdejo, y sin ningún lujar a dudas uno de sus mejores representantes. Como reza en su etiqueta y en versos de Baudelaire: “Sé, en la colina en llamas, cuánta pena, sudor y sol abrasador se necesitan, para engendrar mi vida e infundirme el alma, pero jamás seré ingrato o malvado….”.
Bodega: Hermanos Lurton.
Denominación: Rueda.
Tipo de suelo: Arena-grava y o arcilla-grava.
Variedad de uva: Verdejo 100%, cepas viejas.
Botella: 75 cl.
Elaboración y crianza: Criado y fermentado sobre lías finas durante seis meses en barricas nuevas de roble francés.
Barricas: Barricas nuevas de roble francés.
Grado: 13 % vol.
Producción: 25.000 botellas.
Fase Visual: Amarillo oro de intensidad media, limpio y brillante. Fase olfativa: Incipientes aromas a pera de agua, albaricoque, melocotón, resaltan tonos de mantequilla y un fondo de piña y plátano.
Fase gustativa: Entrada en boca untuosa, sabrosa, agradable con muy buena estructura. En vía retronasal es persistente con un recorrido largo.
Momento optimo de consumo: Es un vino para beber ahora y con buena guarda en los próximos cuatro años.
Temperatura de servicio: Entre 10º y 12º C.
Maridaje: Vino perfecto para platos de pescado blanco, mariscos, pescado azul, pescado al horno, verduras, ahumados, foie-gras, sopas, cremas.

lunes, 20 de abril de 2009

VIÑA SASTRE PAGO DE SANTA CRUZ MAGNUM 2003

Bodegas Hermanos Sastre es un proyecto que comenzó a hilarse hace ya más de cincuenta años. Fue Severiano Sastre quien a mitad de siglo pasado comenzó a elaborar vinos en bodegas subterráneas del pueblo burgalés de La Horra. Con mucho esfuerzo y cariño el panorama comenzó a despejarse y aquel proyecto comenzó a tomar forma. En 1957 junto a un grupo de viticultores fundó la Cooperativa Virgen de la Asunción una de las fundadoras de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Su hijo Rafael continuó con la elaboración artesanal, que años más tarde en 1992, se convertiría en lo que es hoy Viña Sastre.

Bodegas Hermanos Sastre

Pedro y Jesús hermanos e hijos de Rafael y tercera generación en esta aventura continuaron con las mismas ganas con las que comenzaron sus antecesores y está más que demostrado que solo hace falta descorchar una botella y podremos darnos cuenta del valor de tanto esfuerzo, y el respeto a la naturaleza que ha tenido esta familia. Lamentablemente de los cuatro miembros de esta saga solo vive Jesús que continua manteniendo viva la ilusión familiar por el buen hacer. Su filosofía es clara: cultivo ecológico, biodinámica, respeto máximo por la tierra y utilización de nuevas tecnologías.

Bodega: Hermanos Satre S. L.
Denominación: Ribera del Duero.
Tipo de suelo: Arcilloso-calcareo y arcilloso-arenoso.
Variedad de uva: Tempranillo 100% , cepas de 66 años.
Botella: Magnum.
Elaboración y crianza: 18 meses en barrica.
Barricas: Barricas nuevas de roble americano.
Grado: 15 % vol.
Producción: 593 botellas tipo magnum.
Fase Visual: Rojo picota intenso, con ribetes rubí, de capa alta muy cubierto, limpio y brillante.
Fase olfativa: Incipientes aromas a fruta negra madura, cassis, zarzamora, tonos balsámicos, de bombón ingles y monte mediterráneo, con tonos torrefactos y de ebanistería, complejo.
Fase gustativa: Entrada sabrosa, con tonicidad envolvente y sedosa, muy agradable. Excelente acides, largo, amplio y seductor. En vía retronasal sigue siendo persistente con tonos balsámicos y de fruta negra pasificada .
Momento optimo de consumo: Es un vino para beber ahora y disfrutarlo pero creemos que se puede guardar 3 años en óptimas condiciones.
Temperatura de servicio: Entre 15º y 17º C.
Maridaje: Acompaña bien a las carnes rojas, aves de corral, patés de caza, asados, quesos semicurados de oveja y cabra.

Bodega de crianza

sábado, 4 de abril de 2009

LA CAÑADA PEDRO XIMENEZ

Las Bodegas Pérez Barquero fueron fundadas en 1905 y desde en aquel momento constituyen parte de la historia del pueblo de la campiña cordobesa de Montilla. Sus viñas se localizan en las dos zonas de calidad superior de la Denominación de Origen, las tierras de albarizas de la Sierra de Montilla y de los Moriles Altos, cuya singular naturaleza permite la maduración óptima de la uva y la producción de mostos de extraordinaria calidad. Los viñedos son ondulados y de laderas suaves; con suelos ricos en carbonato cálcico, denominados albarizas, que aúnan inmejorables condiciones para el cultivo de la variedad de vid Pedro Ximénez.
Con un clima cálido y seco, de prolongados veranos, con altas temperaturas. Los inviernos son breves y fríos. La insolación es muy alta, la pluviometría de tipo medio. Todas estas circunstancias, unidas a las características de la variedad, facultan para la obtención de mostos que tras su fermentación, producen vinos de graduación alcohólica natural superior a los 15º. Sol, calor y ambiente seco hacen a su vez fácil el ritual del asoleo, origen de este prestigioso vino dulce Pedro Ximénez.
Bodega "Los amigos" de Perez Barquero
La Cañada; es un Pedro Ximénez, auténtico representante de la bodega Pérez Barquero. Uno de los vinos más curiosos y singulares en el mundo de la vinicultura, por su obtención, mediante el soleo de sus racimos para conseguir la pasificación de la uva, su crianza oxidativa en el tradicional sistema de criaderas y soleras y sobre todo por sus características organolépticas, un maravilloso universo de aromas, colores y sabores. Encuentra en La Cañada, un digno y noble representante de esa singularidad enológica de Montilla - Moriles.
La cañada P.X.
Bodega: Perez Barquero.
Denominacion: Montilla-Moriles.
Tipo de suelo: Albarizas.
Variedad de uva: Pedro Ximenez.
Botella: 75 cl.
Elaboración y crianza: Amplia crianza oxidativa por el sistema de criaderas y soleras durante un periodo superior a 25 años.
Barricas: Soleras de roble americano.
Grado: 15% vol.
Producción: No determinada.
Fase Visual: Un color negro azabache, con ribete yodado brillante Con una lagrima persistente que deja huella de su paso en la copa.
Fase olfativa: Aroma penetrante, inteso y complejo con unas primeras notas de uvas pasificadas testimonio de su modo de elaboración dan paso a unas notas posteriores de frutas pasificadas, dátiles, higos y unos recuerdos muy presentes de chocolate, cafe y matices de tabaco.
Fase gustativa: En boca resulta, untoso,muy redondo con una gran estructura y una persistencia a toda prueba, sensual y voluptuoso con una elegancia muy poco comun. De una manera más evidente que en nariz en su fase retronasal estan presentes el chocolate y el café.
Momento optimo de consumo: No exageramos si decimos que en buenas condiciones de guarda es un vino que puede durar toda una vida.
Temperatura de servicio: Acepta consumo a temperatura ambiente o muy frío.
Maridaje: Por si mismo puede ser un postre ideal, igualmente marida perfectamente con todos aquellos postres que contengan chocolate o acompañando un buen café. Casará perfectamente con quesos de enmohecido interno curados como el stilton, roquefort o cabrales. Asimismo es un vino de los que podemos considerar de meditación de una complejidad impresionante que en muchas ocasiones ha de tomarse con la ceremonia y boato que se merece. Vino para disfrutar despacio, e ir investigando en la copa cómo va transformándose, desvelando todos sus secretos en un estado de ánimo de máxima relajación y apreciando todas las cualidades que lo hacen único.

La cañada en copa

miércoles, 1 de abril de 2009

VERTICAL VETAS PETIT VERDOT

El pasado jueves 12 de marzo tuvimos la suerte de ser invitados al restaurante Bodega El Tostón a una cata por cortesía de Bodegas Vetas. La cata fue impartida por María Elena Rodríguez Arias, dueña, junto a su marido Juan Manuel Vetas Martín, de la bodega. Bodega Vetas se localiza en pleno corazón de la Serranía de Ronda, en concreto en el municipio de Arriate. Fue en Francia, en Burdeos más precisamente, donde Juan M. Vetas se formó como viticultor trabajando en diversos Châteaux (Château Tayac, Château Lichine y Château du Tertre) y donde además conoció a su mujer, que ha sido y está siendo su mayor apoyo en la aventura que ha supuesto montar su propia bodega.
Finca "El Baco"
Antes de tomar esa decisión Juan M. se convirtió en pionero de la mano del Príncipe Hohenlohe en la elaboración de vinos tranquilos en Ronda, así El Cortijo las Monjas se convirtió en la primera etiqueta rondeña. Aquí empieza un sin fin de distinciones para el vino de éste enólogo viticultor. Con el tinto ’95 gana una medalla de plata en Bruselas y otra en París. Medalla de la misma categoría para el tinto ’96, en Bruselas. Tras un primer intento de rosado en el ’93 y poca cantidad en el ’96, con la cosecha del ’97 es galardonada con el Gran Backus de Oro de Bruselas para su rosado. En las valoraciones de los vinos del ’98 gana otra medalla de oro en Bruselas, esta vez con el tinto.Así tras la cosecha del 99, que no fue especialmente destacable, Juan M. decide comprar una pequeña finca en el pueblo de Arriate de una hectárea escasa, allí planta mayoritariamente cepas de Petit Verdot, algo de Cabernet Sauvignon y algo de Cabernet Franc.
Viñedo de Petit Verdot en la finca "El Baco"
Su primera y escasísima cosecha del 2002 ya fue reconocida con una más que sorprendente medalla de plata en el concurso de vinos de Torremolinos. Más tarde, en 2005, fue en el Salón Internacional del Vino en Madrid donde le fue concedida la primera medalla de oro.Si en algo coincidimos aquellas personas enamoradas del vino es en que la Petit Verdot es una de las variedades más difícil para vinificar tintos monovarietales. Y son pocas las bodegas que se aventuran a elaborar tal producto. Entre ellas podríamos destacar Dominio Valdepusa, Abadia Retuerta, Casa La Ermita,…todas ella bodegas mucho mas “industrializadas” que la que aquí nos ocupa. Por ello aun más nos impresionó la calidad de los vinos que catamos.
VETAS SELECCION 2003
Bodega: Bodega Vetas.
Denominacion:Sierras de Málaga.
Variedad de uva: 60% Petit Verdot, 20% Cabernet Sauvignon, 20% Cabernet Franc.
Botella: 75 cl.
Elaboración y crianza: 20 meses en barrica y 15 meses en botella.
Barricas: Roble francés.
Grado: 13,5 % vol.
Producción: 3.560 botellas.
Fase visual: Intenso color morado con ribete evolucionado, presenta capa alta, esta limpio y brillante.
Fase olfativa: Incipientes aromas a frutas negras escarchadas (zarzamoras y ciruelas) con cierto carácter vegetal que recuerda al sotobosque entremezclado con notas balsámicas que hacen que sea fresco a la vez que potente.
Fase gustativa: Entrada potente, casi explosiva. Todavía presenta peso de fruta y resulta muy agradable su tanicidad bien trabajada. En la vía retronasal cabe destacar esas notas balsámicas que nos anunciaba en nariz. Vino largo y envolvente.
Momento optimo de consumo: El vino en la actualidad esta en su cúspide, quizás 1 o 2 años más.
Temperatura de servicio: 15º - 16º grados.
Maridaje: Carnes blancas salseadas, pescados grasos y quesos no muy curados.
VETAS PETIT VERDOT 2002
Testigo mudo de cata en el viñedo
Bodega: Vetas
Denominación: Sierras de Málaga
Variedad de uva: Petit Verdot.
Botella: 75cl.
Elaboración y crianza: 15 meses en barrica y resto en botella.
Barricas: Roble francés.
Grado: 14%.
Producción: 1555 botellas.
Fase visual: Bonito color granate oscuro con ribete amoratado, capa alta, esta cubierto, limpio y brillante.
Fase olfativa: Aromas varietales de fruta negra confitada (cassis, grosellas, ciruelas), leves recuerdos a regaliz y con importante carácter mineral, recordando a la punta del lápiz (grafito), y ciertos toques de eucalipto que le aporta frescor. La madera bien marcada.
Fase gustativa: De poderoso ataque, presentándose muy frutal y balsámico. A pesar de tener mas de 6 años en botella posee un tanino casi salvaje. El vino es muy persistente, dejando una fresca sensación en boca.
Momento optimo de consumo: Todavía con vida por delante, será interesante descorchar una botella de esta añada dentro de tres años.
Temperatura de servicio: 15º - 16º grados.
Maridaje: Caza mayor, guisos potentes, embutidos no demasiado contundentes.
En el 2003 no hubo monovarietal de Petit Verdot, puesto que la cosecha no fue del total agrado de Juan M. Vetas así que tras la añada 2002, tuvimos la suerte de catar la 2004, que todavía no esta a la venta pues el equipo de bodega considera que esta aun por pulir. Así que no realizaremos ficha de cata por considerar injusto analizar un producto aun por terminar. Solo un comentario, apunta muy buenas maneras.Tras el 2002 hubo un cambio significativo en la elaboración de Vetas Petit verdot, y fue el cambio de madera, para buscar más si cabe aun la excelencia.
VETAS PETIT VERDOT 2005
Los vetas en su cepa
Bodega: Vetas.
Denominación: Sierras de Málaga
Variedad de uva: Petit Verdot.
Botella: 75cl.
Elaboración y crianza: 15 meses en barrica y resto en botella.
Barricas: Roble francés.
Grado: 14.5%
Producción: 1400 botellas.
Fase visual: Profundo rojo picota, ribete rubí. Muy cubierto, limpio y brillante.
Fase olfativa: La primera impresión es de un vino potente, profundo y complejo. Debemos destacar que las diferentes barricas en las que esta última añada ha realizado su crianza han hecho de este vino un punto más elegante que su antecesor 2002. Los tonos tostados, vainilla y torrefactos están más sutilmente integrados en su conjunto. Un conjunto con carácter mineral recordando a los suelos pizarrosos, sobre una infusión de frutos negros bien maduros.
Fase gustativa: La entrada es carnal, inundando la boca de sensaciones balsámicas y minerales. Presenta una acidez contrastada acompañada de unos taninos algo salvajes aun. En su recorrido es sedoso y envolvente, en su fase retronasal predominan esas notas tostadas con recuerdos frutales. Vino persistente.
Momento optimo de consumo: Vino de largo recorrido, de 6 a 8 años.
Temperatura de servicio: 15º - 16º grados.
Maridaje: Carnes rojas a la parrilla, paletilla de cordero, cabrito al horno.
Tras la cata Bodega El Tostón nos deleito con su cocina, agasajándonos con un menú compuesto por jamón ibérico, lomo ibérico, torta del Casar, salmón marinado, croquetas de ibérico y chuletón de ternera.Tras el almuerzo los participantes charlamos en una más que agradable sobremesa sobre el porvenir de los vinos malagueños.Y de nuevo nos vemos en la obligación de agradecer a este establecimiento en hacernos participes en actividades como esta.
 
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